Aunque a veces no lo parezca trabajar durante horas manteniendo una postura, ya sea sentado o de pie, supone una alta exigencia física con la que normalmente no se cuenta.
Según los datos de la última encuesta de salud pública del INE "los principales tipos de enfermedad laboral fueron los problemas óseos, articulares o musculares que afectan principalmente a la espalda (28,3%), al cuello, los hombros, los brazos y las manos (18,5%), y a las caderas, las piernas y los pies (16,2%). Tras ellos se situaron las enfermedades ligadas al estrés, la depresión o ansiedad (12,8%)"
Tanto en trabajos estáticos como dinámicos, es la espalda la que sufre la mayor parte de la carga física afectando directamente, no sólo a la musculatura, sino también a las articulaciones y discos intervertebrales provocando daños que a la larga pueden resultar importantes.
Si a todo esto le añadimos el bajo tono muscular causado por la vida sedentaria y los efectos físicos del estrés en el entorno laboral, el puesto de trabajo se convierte en un lugar perfecto para la aparición y el desarrollo de lesiones, pero afortunadamente también en un sitio donde tomar medidas para evitarlas.
Realizar ejercicios de movilidad articular, estiramientos y aumento de la actividad vegetativa para preparar el cuerpo a primera hora de la mañana. Hacer pequeñas pausas activas para descargar las tensiones musculares a través de estiramientos o trabajo aeróbico de baja intensidad. O terminar la jornada con una vuelta a la calma respirando para que nos permita relajar todo el cuerpo pueden ser un ejemplo de medidas que podemos tomar para prevenir y/o combatir muchas de las dolencias.
Si, estamos hablando de ejercicio físico porque...
@dapuchmas
Entrenador Empresarial
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